REACTIVAR LA CONSTRUCCIÓN SIN DESCUIDAR LA SALUD

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 REACTIVAR LA CONSTRUCCIÓN SIN DESCUIDAR LA SALUD

REACTIVAR LA CONSTRUCCIÓN SIN DESCUIDAR LA SALUD

Esta pandemia, sin precedentes cercanos en la historia de la humanidad, plantea desafíos que requieren necesariamente complejos análisis, basados en la cuantiosa información científica que día a día se nutre de nuevas evidencias y recomendaciones protocolares.

En este escenario dinámico y ocasionalmente contradictorio, las extremas decisiones políticas locales e internacionales parecen representar las únicas defensas posibles, previas al hallazgo de esperadas terapias medicinales para combatir al virus COVID-19, advirtiéndose que la epidemia es de rápida propagación, tanto como lenta es la defensa contra los males que provoca.

Mientras ello ocurre, las personas se obligan al acatamiento de las decisiones políticas de los gobiernos para unificar criterios de acción individual y colectiva en pos de mitigar la agresividad de esta patología y preservar la salud comunitaria.

Pero este enfoque desde la -como ítem absolutamente prioritario- debe conjugarse con otros que también completan la inexorable mirada totalizadora que debe tenerse, evitando descuidar no pocos aspectos que hacen al difícil equilibrio de la vida en comunidad.

En tal sentido, compartimos la inicial decisión gubernamental de establecer la cuarentena y eximir de ella a las actividades y lugares considerados esenciales y en idéntica línea de pensamiento la Decisión Administrativa 450/2020, expandiendo con recaudos preventivos otras actividades productivas para atenuar los impactos negativos que se están instalando en las economías de pequeña y mediana escala.

En concordancia con diferentes expresiones emitidas por parte de otras instituciones (CPAU, FADEA, FEPUBA, APYMECO y otros) ligadas a las actividades profesionales vinculadas con la producción de obras públicas y privadas, el CAPBA se suma propiciando iniciativas que posibiliten un mejor manejo de esta excepcional e inesperada crisis.

No se trata con esto de asegurar favores sectoriales que beneficien mezquinamente a una parte de la sociedad y complejicen -aún sin tal pretensión- el panorama sanitario general, pero es visible advertir que las consecuencias inevitables de una “parálisis productiva” como la actual, redundarán en un panorama con consecuencias de alarmante pronóstico y difícil reversión, sabiendo que la industria de la construcción -apuntalada con profesiones, gremios, oficios, Cámaras y proveedores-  y sus actividades conexas, tienen un preponderante efecto multiplicador para la economía.

Observando que idéntica interpretación se ha tenido al incorporar el factor productivo entre las primeras excepciones a la cuarentena y el mismo es paulatinamente ampliado, interpretamos que en una próxima Decisión Administrativa, Resolución o Decreto debiera incluir las obras de arquitectura e ingeniería, estipulando obviamente aquellas limitaciones y escalas que permitan preservar los recaudos sanitarios que fueran necesarios.

Para ello, Protocolos de Seguridad basados en restricciones que impidan hacinamientos, contactos directos, empleo de materiales inconvenientes y demás criterios análogos, como así también controles de salud a cargo de quienes corresponda el rol, deberá acompañar inexorablemente el desarrollo de tal iniciativa

Del mismo modo, serán necesarias todas aquellas disposiciones de índole local que aligeren las instancias burocráticas presenciales, instando a ejercer regulaciones excepcionales que prioricen la fiscalización de manera remota, habilitando modalidades de declaración jurada, verificada y archivada por las autoridades comunales de control juntamente con los Colegios Profesionales intervinientes.

Las obras civiles, sobre todo las de mediana y alta complejidad requieren --se sabe- de una compleja y larga etapa proyectual en la que propietarios, profesionales e idóneos acuerdan las condiciones de diseño, ejecución y formas de pago. Esto genera tramitaciones y erogaciones básicas y -sobre todo- plazos preliminares de ineludible realización. Y es en este punto donde los Colegios y Agremiaciones deben acordar en conjunto nuevos esquemas de legalización sin apartarse del espíritu de lo normado, simplificando términos de segundo orden que pueden postergarse y eventualmente ser desestimados.

La novedosa pandemia, dinámica y esquiva aún ante los esfuerzos científicos por neutralizarla, nos tiene que convocar a unir voluntades y trabajo fecundo para evitar que las crisis socio-económicas que se avecinan, muy destructivas en el mediano plazo, tengan consecuencias demasiado dañinas e irreversibles.

Para ello el CAPBA ofrece su permanente colaboración hacia la búsqueda de un debate interinstitucional positivo que redunde en las mejores respuestas posibles, para así retomar las obras paralizadas e iniciar nuevos proyectos con apego total a los nuevos protocolos de seguridad e higiene colectiva que se decidan acordar -durante y a posteriori de esta inédita pandemia-, que seguramente será controlada gracias al esfuerzo mundial que une saberes sin fronteras ni intereses mezquinos.

Arq. Germán ZULOAGA / Tesorero CAPBAUNO