Una vez más, desde el CAPBAUNO expresamos profunda preocupación e incertidumbre con respecto al contexto profesional, laboral y productivo ligado a la industria de la construcción que impera en la actualidad en la Región del Gran La Plata, particularmente en su Distrito Capital.
Reconocemos el fuerte e inédito impacto que sufre toda la sociedad –tanto en lo sanitario como en sus negativas derivaciones socio-económicas actuales y futuras- pero después de sobrellevar mas de 75 días de confinamiento, creemos que las autoridades de los distintos ámbitos no están reaccionando pronta y convenientemente ante la crisis del sector, prohijando una parálisis que debiera ser enfrentada con medidas concretas y promocionales.
Como primera cuestión, advertimos la falta de comunicación precisa, que exponga con claridad las limitaciones y posibilidades con las que todos debemos manejarnos en las distintas etapas.
Es el Estado quien ha impuesto las restricciones y las debe regular y administrar en el presente y a futuro, resultando impostergable tener una mínima previsibilidad en el campo de los proyectos y su construcción, para que cada estudio, empresa o actor individual pueda desarrollar estrategias de desenvolvimiento.
No saber dónde estamos posicionados y -menos aún- cuáles serían las condiciones “post pandemia”, augura un horizonte ruinoso para la actividad.
En otro aspecto, si bien La Plata es la Capital Provincial y un distrito heterogéneo y con una significativa población estable y circulante-que la pone en la mira de las decisiones globales-, es también válido discriminar que sus condiciones predominantes urbano-ambientales no se compadecen con las que caracterizan al conjunto del AMBA ni es parte definitiva de la “conurbación”.
Fundamentalmente, no comparte con aquella las mismas dinámicas de movimiento de los centros de transferencias de transporte público ni los grandes espacios que congregan multitudes, que conforman "per se" un escenario de alto riesgo epidemiológico.
Contrariamente, es perceptible que en el Gran La Plata los trabajadores de la construcción -en su gran mayoría- se manejan con autonomía del transporte público, empleando otros medios de traslado tales como bicicletas, motocicletas, automóviles de su propiedad o bien las camionetas de los contratistas y subcontratistas.
Frente a esta coyuntura, desde este Colegio entendemos que, sin descuidar y mucho menos negar la gravedad de la epidemia hasta que la ciencia o su estacionalidad la sitúen como controlada, las autoridades a todos los niveles pueden y deben promover un plan paulatino de reinicio de obras cumpliendo los debidos protocolos.
El mismo podría partir gradualmente de las áreas más externas hacia el centro, adoptando el protocolo particular elaborado por UOCRA-CAMARCO, que se está aplicando mayormente y desde hace un tiempo en muchos lugares del país.
Sabemos de la complejidad del problema, pero entendemos que sus caminos de solución deben involucrar a todos aquellos vinculados directamente con la actividad.El CAPBAUNO ha recorrido el camino de las presentaciones pertinentes referidas al reinicio de las actividades profesionales de los arquitectos, acompañando cada una con sus debidos protocolos.
Por eso reiteramos una vez más -como siempre ha sido la iniciativa de nuestra institución y más allá de las diferentes gestiones políticas- que estamos a disposición de las autoridades, para acompañar en el diseño de los mecanismos para la puesta en marcha de nuestra industria, la que más poder multiplicador económico detenta.