Acerca de discusiones que deben ser resueltas.
Por el Observatorio de Patrimonio y Paisaje. CAPBAUNO
Han pasado los años y en la ciudad de La Plata, cuando se habla de la protección de su patrimonio cultural, se continúa discutiendo sobre la consideración de edificios aislados cuya conservación en un contexto que pretende su voraz renovación, no logra sostenerse. Esta distracción y la falsa dicotomía entre “intocables” y “para demoler”, aviva los sistemáticos intentos de desafectar inmuebles del Catálogo de Bienes Protegidos para liberarlos a las leyes del mercado inmobiliario en el laxo e impreciso marco legal vigente, poniendo en discusión la forma en que se toman y se han tomado las decisiones al respecto en nuestra ciudad.
Resulta por tanto imperioso que se dé un corte a las irregularidades y la discrecionalidad en la tramitación de solicitudes de desafectación, para establecer reglas y protocolos de intervención claros, realizando los ajustes necesarios a la normativa en curso en función de los problemas que surgieron a partir de su aplicación.
No obstante ello, cabe reflexionar sobre la responsabilidad profesional en la construcción del Patrimonio del Futuro, generando respuestas desde la profesión que potencien los valores ambientales de la ciudad y que no vayan en su detrimento. Así como también establecer un diálogo positivo entre la conservación y la construcción permanente del patrimonio, favoreciendo la calidad ambiental y el valor agregado que la intervención de nuestra matrícula puede generar.
Si se llegara a un acuerdo en el inestimable valor de la calidad del espacio urbano que aún se conserva en La Plata, si se tomara conciencia que la calidad y valor de que su patrimonio cultural no se asienta sólo en el valor de las piezas, sino en el carácter, escala y singularidad del sistema urbano, se podría inferir que su protección sería un problema a resolver a través de la planificación estratégica de su territorio y la concreción de programas y proyectos de rehabilitación social y espacial, extendiendo a su vez esos valores en intenciones fundacionales a la desarticulada periferia.
En este marco, es absolutamente urgente pasar de la idea más elemental de la conservación de edificios aislados a la interpretación del significado del tejido urbano como una trama interrelacionada de ambiente, funciones y comportamientos de sus habitantes, cuya conservación no se resuelve garantizando la sola permanencia de lo construido sino rescatándolo en su contexto ambiental, social, económico.
En este sentido, el CAPBAUNO apuesta a la idea “Conservar es Manejar la Evolución”: rescatando el carácter de la ciudad, postura contraria tanto a la conservación estática y a las intervenciones escenográficas (entendidas éstas como decisiones efímeras e insostenibles) como a la desaparición insensible del patrimonio.
El desafío del presente es asumir responsablemente la transformación sobre la base de rescatar el concepto de planificación territorial que caracterizó en su origen a la ciudad, entendiendo que la construcción de un ambiente más justo en el presente sólo será posible si se rescatan colectivamente las bases sólidas del pasado, se reconocen los errores del presente y se proyecta hacia el futuro una ciudad que aporte estándares de calidad de vida.
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